En esta breve disertación, el Hist. Eduardo Luza Pillco, docente de nuestra casa de estudios, realiza una introducción a este vasto tema que tiene una valiosa fuente en la cultura cusqueña.
La conquista del Tahuantinsuyo, no solo fue militar sino también espiritual y autorizada por bula papal expedida por Alejandro VI, en la cual, se les concedió a los reyes Católicos una Bula de Concesión, donde se recomendaba que se difunda la fe católica por las tierras conquistadas. De allí que era frecuente que un sacerdote acompañe a los conquistadores en los viajes de expedición y conquista por territorio americano.
Los primeros difusores de la religión, fueron los encomenderos españoles, ellos tenía la facultad de “velar por los indios”, cobrar tributos, pero sobre todo enseñarles la religión cristiana.
El proceso evangelizador formal, fue diseñado y aprobado por los Concilios Limense a fines de los años 50 del siglo XVI, en la que se disponía la construcción de las primeras iglesias, indicando que toda ciudad principal debía tener un templo matriz, que los pueblos pequeños tenían que contar con una capilla y los villorrios por lo menos debían exhibir una cruz. Así se inició la evangelización en territorio andino.
El desconocimiento del idioma español por parte de la sociedad de indios, fue un retraso para su evangelizar, de allí que también se dispuso que los sacerdotes doctrineros deban aprender el idioma quechua o aymara como requisito para ser cura evangelizador.
Frente a este problema, la iglesia, tuvo que valerse del arte para contribuir con la evangelización de los indios, inmediatamente comenzaron a solicitar el traslado de imágenes en bulto (esculturas) de talleres sevillanos, para ornamentar los primeros templos y capillas. También se dispuso la contratación de los primeros pintores quienes comenzaban a arribar y afincarse en la capital limeña. Uno de los primeros pintores fue Juan de Illescas a quien lo motejaban como “el granadino”, éste artista comenzó a formar un grupo de pintores que asistían a su taller, sus hijos fueron sus primeros discípulos.
Los Illescas (padre e hijos) dejaron obras en La catedral de Lima y también en templos de Huánuco. Generalmente eran pinturas renacentistas, provincianas y arcaicas de estilo gótico con raíces hispano flamenco.
Por estos mismos años, comenzaron a afincarse otros artistas, como Melchor Zanabria, Miguel Luis de Ramales, Francisco García y Jordán, entre otros que comenzaron a pintar para los templos del nuevo virreinato y contribuir de esa manera con la evangelización.
Los templos sobre todo rurales, eran completamente decorados con temas religiosos, se combinaban pintura mural y lienzos. A través de estas pinturas se relataban la historia de Cristo, María y de los Santos, también se trabajaban temas reflexivos. Era común ver en los templos un “Juicio Final”, para enseñar a los indios que si se infringía las reglas de la doctrina cristiana su fin estaba en el infierno previo martirio. De esa suerte el arte contribuyó eficazmente en la evangelización en tierras del viejo imperio de los Incas.