LOS INCAS DE VILCABAMBA
El cronista acredita que los treinta y seis varones de sangre real llegaron a Lima, junto a los tres hijos de Tupac Amaru. Uno de ellos era una niña que el Arzobispo de Lima Jerónimo de Loaisa llevó a su casa para criarla, apiadado de su condición de desamparo, muriendo los niños varones poco tiempo después. Sólo uno de los incas desterrados en Lima quedó con vida.
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