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JORGE A. FLORES OCHOA: Una vida dedicada a la cultura

El jueves 20 de agosto, nos dejó uno de los grandes investigadores de la cultura andina, el Dr. Jorge A. Flores Ochoa (1935 – 2020). Tanto en el Cusco como a nivel nacional se hicieron visibles las muestras de dolor por la pérdida de este notable docente e investigador cusqueño. Desde la Corp. Educativa Khipu, rendimos homenaje a nuestro Khipuqamayoq compartiendo inforación pertinente para conocerlo un poco más. El Diario del Cusco y la revista Ideario Sur publicaron sendos textos que retratan el sentir de la colectividad ante la pérdida de este notable antropólogo cusqueño. En esta publicación, compartimos el texto del Antrop. Raúl Pacheco Herrera, editor de la revista Ideario como también la publicación en la revista digital Lima Gris, del gestor cultural de la Corp. Educativa Khipu, Pavel Ugarte Céspedes. Finalmente, compartimos la emblemática conferencia del Dr. Flores sobre el nombre del nuestra ciudad, el Cusco.

HASTA SIEMPRE JORGE FLORES OCHOA

Por Raúl Pacheco / Editor de Ideario Sur

El día de ayer, Cusco amaneció de luto tras conocer el deceso del antropólogo y maestro de la cultura andina, Jorge Flores Ochoa, investigador, docente universitario, hombre de política, defensor del patrimonio, esposo y padre.
Los sonidos de las arcas e iras de nuestros sikuris emitieron posiblemente sus más tristes tonadas y las llanuras del altiplano sintieron su despedida en el mes de la pachamama, entre vientos y celajes.
Quienes tuvimos el privilegio de haberlo conocido, de haber sido sus alumnos, de haberlo visto siempre en medio de nuestras fiestas tradicionales con su infaltable cámara fotográfica, y de haber aprendido de él, no tenemos más que agradecerle por una vida dedicada al rescate de nuestra cultura andina y la defensa de nuestro patrimonio, en los momentos más duros como los intentos de construir un teleférico a Machupicchu.
Lo recordaremos siempre, empeñado en enseñar y aprender, conduciendo por muchos años el programa radial Tinkuy en radio La Hora y organizando por más de 30 años el encuentro de investigaciones andinas del mismo nombre, con la misma pasión y energía que en sus primeros trabajos de campo.
Fue el responsable de posicionar con sus investigaciones sobre pastores de puna a la antropología cusqueña a nivel mundial, sus planteamientos teóricos y sus enfoques siempre serán motivo de discusión y debate, eso quedará en la esfera académica, lo que nunca se podrá discutir será su empeño y constancia hasta el último de sus días .
Jorge Flores Ochoa debe haberse encontrado ya, con sus viejos amigos: Luis Barreda Murillo, Demetrio Roca Wallparimachi y Aurelio Carmona Cruz; solo por citar a algunos y allá desde donde nos estén mirando, deben estar celebrando la vida, la música y la cultura junto a un vaso de chicha y hojas de coca.
La antropología siempre tendrá una deuda con Jorge Flores Ochoa, ojalá podamos saldarla leyendo y debatiendo sus obras.

VIERNES LITERARIO / UN AMAUTA OFRENDADO A LA PACHAMAMA

Por Pavel Ugarte Céspedes, gestor cultural de la Corp Khipu.

El Dr. Flores, asumió como pocos, una férrea pasión por la docencia y la investigación. Su maestranza provenía de la palabra clara y serena que esgrimía para hablar de la cultura andina, sus pastores y ritos, su devenir y sus problemas. Dictaba muy poco, recomendaba leer bastante y con la naturalidad y paciencia de quien ama lo que hace, se dirigía a sus estudiantes en una interlocución horizontal y amical. Al más disparatado comentario lo cubría de importancia y fue la ironía, creo, el lado más filudo de su verbo que nunca vi manchado por una incoherencia o dubitación. Recurría a la fuente, al apunte.

Honrando esa enseñanza, de la Historia de la Literatura del Qosqo (1993) rescato este retrato de Ángel Avendaño: “Flores Ochoa escribe con prosa aliñada, cuidadosa, plena de referencias histórico-bibliográficas, de melindres y agudezas ingeniosas que le dan a sus informes antropológicos matices de prosa literaria. El mismo es como su prosa: serio y simpático a un tiempo, aparentemente descuidado en su atuendo, pero con cierto aire doctoral inocultable. Con ciertos silencios y solemnidades que imponen barreras y establecen límites. Cuando habla, es reiteradamente didáctico, simple, a veces socarrón, como corresponde a un científico social pletórico de júbilos sociológico-antropológicos, que lo confirman en las profundidades de sus conocimientos, y lo acreditan como uno de los antropólogos qosqorunas de más alta seriedad y sensibilidad en los cotos de su ocupación científica.”

Desarrolló una destacada carrera como antropólogo, siempre comprometido con los estudios de las sociedades andinas y la defensa del patrimonio étnico y cultural de nuestros pueblos. Nació en el Cusco en setiembre de 1935. Concluyó sus estudios de antropología en 1965 graduándose en la Universidad Nacional de San Antonio Abad, y obtuvo el doctorado en Letras y Ciencias Humanas en la misma universidad en 1967. En 1977, en mérito a sus investigaciones recibe la Beca Guggenheim, así como la Beca Ford. Dentro y fuera de la UNSAAC ocupó diferentes cargos de importancia como en la Dirección del Instituto Americano de Arte o el Instituto Nacional de Cultura de Cusco. Profesor visitante en universidades del Japón, Alemania, Suiza, México, España y EE.UU; de su extensa producción destacan “Los pastores de Paratía” (México, 1968), “Pastores de Puna” (1977), “El cultivo en Qocha en la puna sur andina”, coescrito con Percy Paz, apareció en “Contribuciones a los Estudios de los Andes Centrales”, y fue editado por Shozo Masuda en la Universidad de Tokio en 1984. “Llamichos y pacocheros, pastores de llamas y alpacas (1988), es otro de sus textos capitales junto a “El Qosqo, antropología de la ciudad” (1992) en coautoría con Hiroyasu Tomoeda.

Un viernes como hoy, pero del 2003: “Por primera vez en los anales de la vida académica de la cuatricentenaria Universidad de San Marcos, fue incorporado como Profesor Honorario el Dr. Jorge Flores Ochoa, distinguido antropólogo, profesor principal de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, especializado en los estudios de la cultura quechua-aymara y de la actividad pastoril de camélidos sudamericanos de las comunidades altoandinas en el sur peruano. La ceremonia de incorporación tuvo lugar el viernes 14 de noviembre de 2003, en el remozado Salon de Grados del Centro Cultural Casona del Parque Universitario, con asistencia de docentes y alumnos, y de una nutrida delegación de profesores cusqueños y familiares del homenajeado.” En marzo de 2011, de manos del entonces Ministro de Cultura, Juan Ossio Acuña, se le confirió la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos en el Grado de Gran Cruz por su notable trayectoria y aporte intelectual. Sus últimos años aparecieron publicaciones que ya engrosan la cultura impresa del Cusco: “El CVZCO Resistencia y Continuidad” (1990), “Pintura mural en el sur andino”, (junto a Elizabeth Kuon Arce y Roberto Samanez Argumedo se publicó por el BCP en 1993), «La missa andina», (1997), “Qeros: Arte Inca en vasos ceremoniales” (1998) y “El Inka histórico es el Enqa contemporáneo», que aparece en el libro de homenaje a Franklin Pease: “El hombre y los Andes”, publicado el 2002; en este último libro plantea la continuidad de la cosmovisión andina a partir del concepto “Enqa” criticando la idea de un sincretismo religioso para hacer entender la cultura andina.

Impulsó durante 30 años (junto a Luis Barreda Murillo y Abraham Valencia) el TINKUY, encuentro destinado a exponer la investigación, el debate y la relectura de nuestra historia. De la misma forma y con el mismo nombre sostuvo un programa radial en  “La Hora”. Infaltable en las aulas, en las fiestas patronales o en los ritos de la cultura popular. Su ausencia, deja un enorme vacío que estamos seguros sólo podrá llenarse con el trabajo comprometido de más generaciones de estudiantes y profesionales que asuman la defensa de nuestra identidad e historia. Ahora debe estar recogiendo sus pasos camino al firmamento de los Apus que lo recibirán con sus aguas en deshielo, lágrimas que todos vertimos esta tarde por un maestro mayor, un amauta que se ha ofrendado a la Pachamama.

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