El PCGE como una herramienta del Proceso Contable
El tratamiento de las transacciones, en su aspecto de reconocimiento, implica su acumulación para presentación de saldos de los elementos de los estados financieros, y la revelación de otra información en notas a los estados financieros. Esa acumulación de saldos y otra información se facilita con la identificación de las transacciones por códigos para su posterior registro y procesamiento. En tanto, en el Perú se utiliza un plan contable por mandato imperativo de la ley desde hace más de dos décadas, el proyecto de desarrollo de un nuevo PCGE no contempló ningún proceso de auscultación sobre la conveniencia de su utilización.
Por otro lado, el reconocimiento de las transacciones implica conocer la oportunidad en que dicho reconocimiento debe darse. Además, el propio reconocimiento de las transacciones supone determinar el valor monetario de las mismas. Estos aspectos de reconocimiento y medición, así como los de presentación y revelación de información financiera, antes referidos, todos en su conjunto denominados tratamiento contable, obedecen al modelo contable adoptado, en el Perú fundamentalmente cubierto por las Normas Internacionales de Información Financiera oficializadas, y otras disposiciones emitidas por la Dirección Nacional de Contabilidad Pública (antes Contaduría Pública de la Nación). En consecuencia, el plan de cuentas como herramienta del proceso contable se subordina, en lo que hace al tratamiento contable de las transacciones, a las NIIF y esas otras disposiciones.
Además, en tanto el plan contable es concebido como herramienta de un modelo contable, tampoco debe contener referencias a aspectos de control contable, por lo que a diferencia del plan contable general revisado, se han eliminado todas las referencias a dicho aspecto de control, con excepción de las cuentas del Elemento o Cuentas de orden.
A diferencia de lo establecido en el PCGR, en el desarrollo del PCGE se ha conceptualizado la clasificación de transacciones en función de la ubicación del dígito del código. Esto permitirá una incorporación ordenada de otros códigos contables conforme aparezcan nuevas exigencias en las NIIF, o se creen nuevas formas de efectuar transacciones económicas. De acuerdo con lo establecido por el Marco Conceptual de las NIIF, los estados financieros reflejan los efectos financieros de las transacciones, agrupándolos en categorías, de acuerdo a sus características económicas, categorías que se denominan “Elementos de los Estados Financieros”1. En concordancia con lo establecido en dicho Marco, se ha desarrollado el PCGE asignando el primer dígito para definir el elemento, sin incorporar cambios respecto del PCGR. Así, para el activo se han utilizado los códigos 1, 2 y 3, según la naturaleza y liquidez de los mismos. El número uno para el activo disponible y exigible; el número dos para los activos realizables, y el número tres para los activos inmovilizados. En lo que respecta al pasivo se ha mantenido el número cuatro y el número cinco para el patrimonio neto. Además, los gastos por naturaleza se mantienen con el número seis; el siete para acumular los ingresos; el ocho para los saldos intermediarios de gestión; el nueve para los costos de Producción y Gastos por función; y el cero para las cuentas de orden.
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