En el marco de las conmemoraciones por el 36° aniversario del Instituto Khipu, la antropóloga y escritora Karina Pacheco Medrano (Cusco, 1969) fue homenajeada con el reconocimiento de “Khipukamayoq 2019”. Para quienes hemos leído su trabajo y tuvimos la suerte de tenerla como catedrática, es una alegría observar la multiplicación de sus libros, lectores y admiradores. Doctora en Antropología de América y experta en Desigualdad, Cooperación y Desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid, publicó diferentes libros y artículos sobre cultura, desarrollo, racismo y discriminación. De sus investigaciones destacamos “La diversidad oprimida: centralismo cultural y reivindicaciones excluyentes” (Premio Regional de Cultura Ensayo 2006) como también, “Incas, indios y fiestas. Reivindicaciones y representaciones en la configuración de la identidad cusqueña” (2007).
Novelas como “La voluntad del molle” la hicieron merecedora del Premio Regional de Novela del Instituto Nacional de Cultura de Cusco el 2008. El 2010, obtuvo el Premio Nacional de Novela Federico Villarreal por la novela “La sangre, el polvo, la nieve”. Varios de sus libros ya se han reeditado dentro y fuera del Perú por la claridad de su prosa, la honestidad de sus motivaciones y el perfil de su oficio. Así lo demuestran “No olvides nuestros nombres” (2008), “Cabeza y orquídeas” (2012), “El bosque de tu nombre” (2013), y “Las orillas del aire” que publicó recientemente Seix Barral el 2017. Eso si hablamos de su pluma para el ensayo y la novela. En el cuento, como algunos precursores del género, es donde experimenta y poetiza en lo breve de sus relatos: “Alma alga” (2010) o “El sendero de los rayos”, (2013) retratan esa naturaleza que nos invita a leer en la inspiración del mundo andino.
Ha sido antologada y entrevistada innumerables veces por su aporte literario el cual seguro debate horas con su trabajo en la producción de libros al frente de la Editorial Ceques. En palabras del Sr. Roberto Portugal: “Este premio testimonia la admiración y respeto que desde el colectivo Khipu Ayllu, otorgamos a distinguidas personalidades de la ciencia, arte y tecnología, quienes con su ejemplo de vida y obra constituyen un ejemplo para los jóvenes estudiantes del Instituto Superior Khipu y la Universidad Global del Cusco.” Cabe recordar, que este reconocimiento fue otorgado en su momento a personalidades como el poeta Gustavo Pérez Ocampo, el Dr. Jorge Flores Ochoa, el periodista Teodoro Portugal, el músico Ricardo Castro Pinto o el artista Antonio Huillca, sólo por citar algunos a los cuales se suma una voz importante del género femenino.
El homenaje se dio en el Teatro Municipal del Cusco el miércoles 21 de agosto contando con una asistencia masiva. La mesa de honor tuvo la presencia de las altas autoridades de la institución educativa como Rudy Felix, Ángela Rojas, Violeta Portugal, Eufrosina Quispe, José Alipio Gonzales y Roberto Portugal, quien allá por años 80s de manera precursora trajo a nuestra ciudad la primera computadora con la cual se imparte hasta el presente una enseñanza inspirada en los valores andinos que engrandecen el espíritu. Desde el Ayni (reciprocidad), Llank’ay (trabajo), Yachay (aprendizaje) y Munay (amor) se orienta la filosofía del Allin Kausay o el buen vivir. En este acto de comunión y gratitud, estuvo presente el Apu Qoyllur Rit’i y las palabras de agradecimiento de Karina Pacheco evocaron la canción “Alas y raíces” para hablar de una identidad inteligente que nos permita amar lo nuestro pero también al mundo y sus diversidades. Recordó los difíciles momentos de nuestro país tan vinculado al Khipu Ayllu y su esfuerzo por fortalecer la educación, la innovación y la cultura en el Cusco. Los jóvenes estudiantes danzaron y cantaron mientras en un mágico momento Teresa Ramos, hizo caer flores sobre la cabeza de la homenajeada. Luego artistas como Karina Huanca y Edgar Carmelino brindaron lo más efusivo de su arte en un bello acto donde la literatura fue honrada en el rostro de una mujer que hace historia con su agudeza y talento. Indudablemente de esa pluma brotan sus alas y en sus reflexiones encontramos las raíces.