COMUNICACIÓN EFECTIVA: INTELIGENCIA EMOCIONAL Y LA EMPRESA.
Por: Jhanet Cáceres C.
Sí partimos de la premisa: “No hay vida social ni organización social sin comunicación”, entenderemos que todo a nuestro alrededor comunica; comunica como nos sentamos, como miramos, como nos peinamos, como entablamos nuestra relaciones interpersonales, que frases colocamos en Facebook o en otra red social, como haces un logo para la empresa, los colores corporativos que maneja la empresa, el speech empresarial (discurso que pronuncia una persona), etc. Todo llega a informar de ti, a trasmitir un mensaje. Esto da pie a cuestionarse ¿Cuánto de lo que comunicamos es verdaderamente comprendido?
En respuesta a lo anterior, quiero resaltar que se tiene que considerar aportes vitales y valorables, las emociones y sentimientos (innatas en el hombre), ya que mucho que lo que expresamos tiene emotividad. Volvemos a pensar ¿Qué tanto de lo que expreso con mis sentimientos y emociones logra ser entendido por los demás? (inteligencia emocional). Reafirmo que si no se tiene un buen autoconocimiento de nuestra afectividad, caeremos una comunicación distorsionada. Es ahí donde aparecen los problemas y barreras comunicativas.
En las organizaciones, actualmente, buscan mejorar la comunicación dentro de su empresa o institución, ya que identificaron cuán importante es que exista una comunicación efectiva en los equipos de trabajo, para que se pueda tener un buen clima laboral y mejorar el desempeño, esto traerá más productividad y por ende más ingresos. La fórmula es el liderazgo, desde los directivos y va hasta los mismos integrantes, independientemente de la jerarquía. En tal sentido surgen los facilitadores externos, quienes aplican técnicas viales para mejorar: habilidades sociales, habilidades blandas, liderazgo y trabajo de equipo, entre otros temas. De no ser así, los altos directivos, deben aplicar una observación constante y una escucha activa permanente.
Hay dos tipos de comunicación que entran en la inteligencia emocional, la comunicación intrapersonal y comunicación interpersonal. La primera es la que nos hablamos y nosotros nos respondemos, la segunda es aquella que manejamos con nuestro entorno a través de diálogos. La interrelación de estos, es muy unida. Es ahora pensar que si nos encontramos comunicados bien internamente, salud mental, tendremos un alto porcentaje para mantener buenas interrelaciones con los demás, a eso le llaman salud social.
En una sesión de clases, pregunté a todo el alumnado ¿Díganme lo positivo que tienen ustedes? (los minutos se hicieron largos al pensar en lo positivo que tiene una persona o un grupo). La raíz de este silencio, es que a diario manejamos un lenguaje negativo, en más o menos cantidad de palabras, esto bloquea todo lo maravillosos y talentosos que podemos ser y no lo analizamos. Cambiar esto, no es un trabajo fácil. Algunos científicos afirman que tenemos 60.000 pensamientos a diario y la mayoría son negativos, repetitivos y del pasado (Sharon M. Koenig-2012). Esto obviamente interviene en el proceder de las empresas. Un componente de la misma, es su talente humano y la mejora de este, en todo sentido, para lo cual las jornadas de integración individual y grupal ayudarán.
Por otro lado existen las normas de convivencia dentro del equipo de trabajo, las cuales influyen en el diario vivir de la familia laboral. Mantener las reglas claras ayudará a evitar problemas a corto, mediano y largo plazo. Entendamos que cada persona es un mundo y cada persona puede interpretar acciones de distinta manera. Como una vez escuche “no fue lo que hizo; sino la intención con la que lo hizo”, sonará absurdo, pero juega un papel resaltante, las interpretaciones que se producen.
Para complementar el párrafo anterior, como posible solución es mantenerse reforzando nuevas ideas (positivas) en el grupo, en nuestro pensar y nuestro actuar, evitar que invada “el piloto automático” (el que funciona solo) para poner peor la situación. Nosotros los seres humanos tenemos dicho conductor, algunos en muy alto nivel; otro no tanto así, sin embargo este está prendido todo el tiempo, la sociedad lo llama: prejuicio, por ejemplo: cuando alguien pasa por la puerta inmediatamente “escaneamos”, como se viste, su estatura, su color de piel, etc. Esto a la larga son semillas para hacer conceptos de las personas, muchas veces equivocados.
Finalmente, hay una evolución muy notoria en darle importancia a la comunicación efectiva y su relación con la inteligencia emocional. Muchas instituciones o empresas, ya toman en serio la función de la comunicación en mejora de las relaciones interpersonales, que parte también del lado personal (autoestima). Se proyecta a futuro que serán más las técnicas que aparecerán para seguir mejorando. Al igual que aparecerán más modalidades de barreras comunicativas.
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